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domingo, 21 de agosto de 2011

Ego Solus Ipse

 
Tenía unos 2 años cuando encontré un curioso artilugio tirado en el suelo, era mi cabeza. Entré por los ojos. Me pareció un lugar cálido, lleno de imaginaciones pueriles y fantásticas crecientes y bienhechoras. El problema era la noche, que casualmente coincidia con el anochecer terrícola, las representaciones ya no eran amigables. Creo que ahora es siempre de noche, y trato de salir de este lugar, escapar de la noche eterna del yo hermético, pero no puedo, la realidad me ha abandonado. Ayuda.

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